Gerardo Romano deslumbra con su actuación en “Un Judío Común y Corriente”

Se realiza la novena temporada de esta obra donde el actor saca a relucir todo su talento. Te lo Cuento y Qué estuvo presente en el espectáculo y lo recomendamos. 

 

Con más de 700 funciones continúa la novena temporada de “Un Judío Común y Corriente” de Charles Lewinsky. Dirigida por Manuel González Gil, cuenta con la actuación impecable de Gerardo Romano. La cita es en el teatro Chacarerean (Nicaragua 5565) con funciones los sábados a las 20 y domingos a las 19 horas.  Con entradas a la venta por Plateanet.

 

En la sala hay un enorme ventanal por el que se ve un árbol que forma parte de la escenografía. En el fondo hay una biblioteca llena de libros, un cuadro de Freud, Marx, Einstein y Jesús. También, hay un escritorio y un sillón donde el protagonista de la historia, el periodista Emmanuel Goldfarb, recibe un llamado por el contestador de su teléfono. Será una invitación de un profesor de historia de secundaria para dar una charla en una escuela sobre su “condición”. Los alumnos, luego de estudiar el Holocausto y el nazismo quieren conocer y ver en persona…a un judío!

 

La llamada lo inquieta y le genera incomodidad, dudas y certezas; le traerá recuerdos familiares, situaciones imaginarias de lo que podría suceder y profundas reflexiones. La polémica obra del escritor, dramaturgo y director de cine, Charles Lewinsky trae la gran pregunta: ¿qué es ser un judío común y corriente en el mundo de hoy? 

 

El espectáculo refleja el conflicto que debe resolver un judío alemán que vive en Alemania  al momento de recibir la polémica invitación. En una notoria actuación Gerardo Romano que interpreta en detalle los pensamientos de Goldfarb acerca de esta peculiar propuesta que recibe. Para dar testimonio por su “condición” como si fuese un objeto de estudio, una pieza de museo o un animal en exhibición. Así es como se siente el personaje ante tal pedido. 

El dilema de “Un Judío Común y Corriente”

 

Es entonces que el protagonista pasa revista a los principales puntos de argumentación por

los que considera que no debe aceptar la invitación.  Abre paso así a un monólogo interno que es un diálogo muy minucioso consigo mismo que atraviesa diferentes momentos. 

Toma una caja de la inmensa biblioteca y saca de allí unas fotografías familiares. Recuerda los momentos con sus seres queridos donde se dedicaban a rememorar a sus familiares, muchos de ellos asesinados por el nazismo. O a quienes como su madre, conviven con los recuerdos del paso por un “campo de concentración” del que no puede hablar, manifestar en palabras los horrores vividos pero que dejó dolorosas marcas imborrables en su vida. 

 

Además, en la obra se presenta  la visión del autor sobre la problemática contemporánea de los judíos fuera de Israel. También, representa los problemas específicos que plantea para un judío la vida en un país cuya población vive bajo el peso psicológico de las consecuencias del nazismo. 

 

Las emociones que afloran en los recuerdos de su propia historia familiar que se entremezclan entre sus dudas sobre aceptar o no la invitación que lo moviliza y le produce a la vez cierto rechazo o indignación. “Un Judío Común y Corriente” nos lleva por diferentes momentos: pasa del humor, a la tensión y la emotividad. Nos hace comprender y empatizar con este hombre judío que no es tan común ni tan corriente. Sino que se nos va volviendo, a medida que transcurre la obra, un personaje muy especial.  

 

En un mundo cambiante donde constantemente resurgen discursos antisemitas, una obra como “Un Judío Común y Corriente” es necesaria para reflexionar sobre distintas cuestiones que atraviesan a la sociedad en la actualidad. Como por ejemplo qué representación hacemos de “los otros”. Cómo a veces creyendo que estamos incluyendo, en realidad tenemos los prejuicios tan incorporados que ni siquiera los vemos. 

 

Premios y funciones especiales

Esta obra fue nominada por los premios ACE y Florencio Sánchez en el rubro Actuación masculina para un solo personaje y por los premios María Guerrero y Florencio Sánchez en el rubro Escenografía. 

 

Nos encontramos con un Gerardo Romano que transmite de una manera impecable el espíritu del personaje. Su actuación magistral nos hace adentrarnos en los pensamientos, emociones, dudas del protagonista  y hacerlas propias. Recorremos la historia personal, familiar de este periodista que está marcada por los horrores del Holocausto y los vestigios que quedan en una sociedad que intenta continuar como si nada hubiera ocurrido. Con una dosis de humor en cada momento donde es necesario, atraviesa momentos de gran emoción para los espectadores. 

 

La obra lleva un recorrido por diferentes lugares: se presentó en 2017 y 2018 en la sala Nelly Goitiño del Sodre de Montevideo con ocho funciones a sala llena. Asimismo, estuvo en el Coliseo Podestá de La Plata en mayo de este año y se presentará el viernes 29 de junio en el teatro Roma de Avellaneda. También estará por segunda vez en el auditorio de la AMIA el jueves 19 de julio y por tercera vez en el Sodre de Montevideo en octubre.

 

Texto: Charles Lewinsky

Actuación: Gerardo Romano

Música original: Martín Bianchedi

Versión en español: Lázaro Droznes

Escenografía y vestuario: Marcelo Valiente

Producción ejecutiva en gira: Francisco Hails

Director Asistente: Franco Planel

Sonido: Juan Orsini.

Luces: Pablo Gomez.

Dirección: Manuel González Gil

Duración: 80 minutos

 

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Grisel Gonzalez

Licenciada en Comunicación Social UNLZ. Periodista y redactora en distintos portales web nacionales e internacionales.

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